sábado, 30 de abril de 2016

Descubriendo Asia Menor. Día 5, 3ª Parte. Alexandria Troas.

Nuestra siguiente visita, la última del día, se encuentra a unos 10 kms al noroeste de Neandria, inmediata ya a las aguas del Egeo, en el tramo de costa que se halla frente a la isla de Tenedos. Se trata de las ruinas de la ciudad de Alexandria Troas (Alejandría de Tróade en castellano), cuya existencia ya apuntamos en la entrada anterior. En la figura 1 podemos ver un plano del lugar que pretendíamos explorar. Aunque fue trazado en 1822 no está nada desactualizado.

Figura 1.- Plano del yacimiento de Eksi Stambul, la antigua Alexandria Troas, trazado en 1822.

La costa del Egeo en este rincón de la Tróade es ondulada y verde, con frecuentes masas de arbolado flanqueando la estrecha carretera local que conduce hasta los pequeños pueblecitos costeros. Dicha vía debe ser heredera de la calzada antigua que comunicaba la zona toda vez que su trazado atraviesa las ruinas de Alexandria Troas del mismo modo que en la antigüedad lo haría por las bulliciosas calles de la ciudad.

Los orígenes de Alexandria Troas se remonta a un asentamiento de colonos eolios llamado Sigeia (siglo V a.C.) del que nada se sabe más allá de este nombre, citado por el geógrafo Estrabón. El motivo de la elección del emplazamiento no es difícil de hipotetizar: en aquella época (hoy en día no) la línea de costa ofrecía un buen puerto en ese punto, con la ventaja añadida de su proximidad a esa encrucijada comercial de primer orden que, para los pueblos de habla griega, suponía el acceso occidental al Helesponto.

Foto 1.- Ruinas de una antigua fuente romana en el extremo NE del yacimiento.

domingo, 17 de abril de 2016

Un paseo por la gliptoteca y el museo estatal de antigüedades de Múnich.

Múnich es la capital del estado alemán de Baviera, la tercera ciudad más populosa del país germano y uno de sus principales centros industriales y económicos. Así mismo es una ciudad culta y elegante donde no faltan hermosos despliegues arquitectónicos y museos de alto nivel. Uno de estos museos es la Gliptoteca, donde se conserva una nutrida colección de esculturas clásicas desde el periodo griego arcaico al bajo imperio romano. Otro es el museo estatal de Antigüedades donde destaca una valiosa colección de arte etrusco.

La gliptoteca es probablemente el museo más célebre de la ciudad a nivel internacional. Fue fundado por el monarca bávaro Luis (Ludwig) I (1786 – 1868), en sus tiempos de príncipe heredero, a fin de alojar en ella la colección de escultura clásica que estaba reuniendo (foto 1). Y es que no en vano el vocablo Gliptoteca es un neologismo procedente de la unión de dos palabras griegas: el verbo “glyphein” –esculpir—y el sustantivo “theke”: deposito. Se podría interpretar, pues, la palabra Gliptoteca como “depósito de esculturas”. 


Foto 1.- Galería de la Gliptoteca muniquesa.

Llevado por un profundo amor a la antigüedad clásica, Luis I ordenó el levantamiento de un conjunto edilicio en estilo clásico greco-romano en la Konigsplatz muniquesa. Uno de los edificios sería destinado a albergar su colección de esculturas (la gliptoteca), otro haría las veces de museo de antigüedades y el tercero, de tipo ornamental, era una representación del propileo de Atenas en su mejor época clásica.

miércoles, 6 de abril de 2016

Descubriendo Asia Menor. Día 5, 2ª parte. Neandria.

Avanzamos hacia el suroeste por el corazón de las sierras y valles de la antigua Tróade, no lejos del mar, allá donde hace muchos siglos se alzaran la práctica totalidad de sus ciudades. Hoy en día, sin embargo, la costa occidental de la Tróade está significativamente menos poblada que el interior, donde, según el mapa del GPS, hay un par de pueblos grandes.

Foto 1.- Panorámica visible desde el emplazamiento de Neandria con el mar Egeo al fondo.

A partir de un cierto punto la carretera abandona el valle y empieza a ascender por las laderas del monte Çığrı (520 mts de altura). Así transcurre un buen rato hasta que llegamos a la diminuta localidad de Kayacik Köyü: situada al pie de los potentes roquedales graníticos que conforman la cumbre del citado monte. En una esquina de la pequeña placita del pueblo hay un cartel indicando la dirección que debemos tomar para enfilar la senda que conduce, monte arriba, hasta el solar de la antigua Neandria. Dado que a partir de ese punto los caminos están en bastante mal estado, decidimos no arriesgar la integridad del auto y continuar a pie. Alrededor de 2 kms llenos de piedras y baches nos separan de nuestro destino. 2 kilómetros que se convierten en 4 dado que en una bifurcación equivocamos el camino y nos vamos por donde no es. Por fortuna advertimos el error antes de haber andado demasiado gracias a que al alcanzar el coronamiento de cierta meseta rocosa se divisan a lo lejos, muy arriba, las ruinas de la muralla de la ciudad antigua, evidenciándose, a la vista de la posición relativa de aquéllas respecto a nosotros, que habíamos confundido el sendero.

Foto 2.- Puerta entre torres de acceso a Neandria.