CANTO IV
[Asamblea de los dioses en el Olimpo]
[Asamblea de los dioses en el Olimpo]
Los dioses
entretanto una asamblea
celebraban
sentados cabe Zeus
sobre áureo
pavimento, y entre ellos
la augusta
Hebe néctar escanciaba;
y ellos
unos a otros con sus copas
de oro se
saludaban con un brindis,
mirando a
la ciudad de los troyanos. […]
[…]"Desventurada,
¿cómo pues, tan grandes
males te
infieren Príamo y los hijos
de Príamo,
que con ardor anhelas
devastar
Ilio, ciudad bien fundada?
Si tú
misma, entrando por sus puertas
y por sus
altos muros,
a devorar
llogaras todos crudos,
a Príamo y
de Príamo a los hijos,
y a los
demás troyanos,
entonces
por entero
tu cólera
curaras. […]
[…]Porque
de las ciudades
que bajo el
sol y el estrellado cielo
vienen
siendo vivienda
de los
hombres que viven en la tierra,
de ellas
sobremanera érame cara
de todo
corazón la Ilio sagrada,
como lo
eran Príamo y el pueblo
de Príamo
el lancero distinguido […]”.
Dejamos
Çanakkale bajo un cielo soleado que invita a seguir conociendo los secretos de
Asia Menor. Conducimos rumbo al sur, penetrando en el interior de la antigua
región llamada Tróade (figura 1), coincidente con la península costera en que concluye
Misia (región ésta a la que perteneciera históricamente la anterior). El
corónimo Tróade nos resulta harto sugerente toda vez que deriva de Troya: la
mítica ciudad de la Antigüedad cuyo asedio y conquista por los griegos fue
narrada por Homero en su celebérrima Iliada. Iliada a su vez proviene del
griego Ilios (Ilión en castellano, Ilium en latín), nombre por el que también
era conocida la ciudad de Troya. Dicho todo esto nos parece un deber, casi una
obligación, dedicar la primera visita del día al yacimiento arqueológico de
Truva, a la sazón el nombre turco de la legendaria ciudad de Aquiles, Héctor, Ulises
y demás paladines homéricos.
Figura 1.- Mapa de la antigua Tróade (Troas)
El
paisaje de la Tróade es verde y ondulado. No hay grandes sierras pero tampoco
abunda especialmente la tierra llana. El verdor lo cubre todo, lo mismo en
forma de cultivos que de espesos bosques mediterráneos. Se nota que es una
tierra lluviosa y fértil, lo que explica el desarrollo en la zona de
civilizaciones complejas, de tipo urbano, en épocas tan remotas como el tercer
milenio antes de Cristo. Hoy en día, sin embargo, la Tróade está poco poblada
(algo más el área del Helesponto, sobre todo Çanakkale), acentuándose esta
condición a medida que nos acercamos a la costa del Egeo, lo cual contrasta con
los tiempos antiguos, cuando sucediera exactamente lo contrario. Las carreteras
por las que circulamos son de una entidad proporcional al número de habitantes,
esto es secundarias e incómodas de transitar con la excepción de la vía que
lleva al yacimiento de Troya: más ancha y cuidada por razones turísticas.
Figura 2.- Plano del yacimiento arqueológico de Troya.
El
yacimiento de Troya, localizado en la denominada colina de Hissarlik, es uno de
los más famosos de Turquía, quizá el que más después de Éfeso, y se nota
claramente que atrae mucho turismo. No resulta de extrañar, pues, que a
diferencia de la mayoría de lugares arqueológicos turcos, éste esté organizado
de una forma mucho más a la “europea”, esto es con vallas, pasarelas, “por aquí
no, por allí tampoco”, tienda de souvenirs, grandes aparcamientos para
autobuses, etc. No es de lo peor que nos hemos encontrado en coartamiento de la
libertad de movimientos del visitante (ni mucho menos) pero aún así la cosa
pierde bastante encanto. Las ruinas en verdad son bonitas e interesantes de ver
pero si lo que se busca es percibir en ellas la magia de los tiempos pretéritos
mucho me temo que se saldrá decepcionado. A día de hoy el lugar está ya
demasiado alterado y explotado, habiendo perdido la mayor parte de la atmósfera
épica que a buen seguro un día poseyera. En fin, qué se le va a hacer…
Foto 1.- La muralla de Troya I.