El recinto amurallado de Bernardos se ubica en la cumbre de un ancho cerro no excesivamente prominente en altura si bien dominante en relación con las demás elevaciones de los contornos. Para llegar a él hay que coger un camino que tierra que abandona el pueblo segoviano del anterior nombre en dirección norte y seguirlo siempre hacia arriba, tomando como referencia las indicaciones que conducen a una explotación de pizarras contigua al cerro en cuestión, a la sazón denominado en el pueblo con el clarificador apelativo de “Cerro del Castillo”, y aparcar el coche junto a la Ermita de la Virgen del Castillo, de moderna factura así como situada a pocos pasos del yacimiento arqueológico.
Derrumbadas en buena parte de su
perímetro, si bien perfectamente visibles en todos los lados del antiguo
recinto salvo en el del norte, las poderosas cortinas de pizarra están siendo
parcialmente excavadas con gran éxito tanto desde el punto de vista científico
como desde el cada vez más importante turístico dada la espectacularidad de las
estructuras resultantes una vez desescombradas, limpiadas y consolidadas.
Frente occidental del Cerro del Castillo, con su cerca torreada de clara
tipología romana.