Las acuñaciones de Carissa Aurelia deben ser datadas en las décadas
centrales del siglo I a.C., no mucho tiempo después en cualquier caso de la
obtención del derecho latino, probablemente concedido por Julio César a la
ciudad turdetana.
Aunque bastante abundantes en volumen, no son acuñaciones demasiado
extensas en el tiempo. Tampoco son variadas toda vez que se reducen a semises y
unos pocos cuadrantes (algo habitual, por otra parte, en el numerario de la
zona) ilustrados con una iconografía con acusada tendencia a la repetición de
motivos. Por otra parte se debe destacar que es relativamente frecuente el
hallazgo de semises de Carissa reacuñados sobre monedas de otras cecas (principalmente
Obulco aunque también Cástulo y Córduba) sin que halla necesariamente una
concordancia completa entre el tamaño del cuño de Carissa y el del cospel de la
moneda a reacuñar. Los siguientes ejemplares constituyen un buen ejemplo de
esto anterior, tratándose concretamente los tres primeros de un semis de Carisa
reacuñado sobre un semis de Cástulo así como un semis de Carissa sobre un semis
de Obulco (águila-toro) el último.
El arte de las emisiones de Carissa suele ser bastante pobre aún en las
series más cuidadas y/o ejemplares mejor conservados. Así mismo resulta
inusualmente alto el número de variantes y cuños dentro de una misma emisión lo
que unido a la escasa definición de los detalles así como a la relativa
monotonía en los motivos empleados complica bastante el ajuste de los límites
de cada serie. En cualquier caso resulta posible establecer una cronología
entre las seis emisiones en que resulta factible dividir el numerario de la
ciudad, datando las más antiguas tanto por su mejor arte como por su mayor
peso, parámetros ambos que van declinando a medida que se avanza en las
emisiones.
Un aspecto común a todas las emisiones es la presencia en el reverso del que es sin duda el icono más representativo de la ceca de Carissa: el jinete lancero con rodela (escudo redondo con umbo central), normalmente cabalgando a izquierda aunque existen variantes a derecha. Debajo de dicho jinete se ubica siempre la leyenda de ceca, ya sea en caracteres latinos normales o invertidos (esto último frecuente en las emisiones tardías). Aunque a veces se usa el nombre completo de la ciudad: CARISSA, la forma más común que observamos es CARISA. Es por este motivo que muchas veces se alude a esta ceca como Carisa en lugar de Carissa, su auténtico nombre. También se documenta la forma CARISE y las versiones abreviadas CARI y CARIS. Pasemos ahora a describir las seis emisiones conocidas, en el bien entendido que no se trata de monedas demasiado diferentes entre sí.
Poseedora de un arte ciertamente bueno para lo que es habitual en esta
ceca, es la que arroja un peso medio más alto (entre 6,5 y 7 gramos), motivo
por el cual se le debe suponer una datación más temprana.
Esta emisión presenta un peso medio significativamente más bajo que el de
la primera (alrededor de 5,5 gramos). Resulta fácil de distinguir su motivo de
anverso: una cabeza masculina a derecha cubierta con una suerte de casco
labrado de aceptable estilo. El reverso presenta jinete lancero a izquierda
sobre leyenda de ceca CARISSA. La rodela del jinete, aunque ciertamente grande,
no alcanza en esta emisión las dimensiones propias de la primera emisión. El
siguiente ejemplar nos servirá para ilustrar esta segunda emisión a la sazón la
más escasa de esta ceca.
3ª Emisión.
La tercera emisión resulta de algún modo similar a la segunda: cabeza
cubierta con casco si bien no existe ninguna dificultad a la hora de
diferenciarlas toda vez que resulta evidente el esfuerzo de los abridores de
cuño por representar una figura del tipo “cabeza galeada de Roma” propia de los
denarios republicanos con los que, sin duda alguna, estaban sobradamente
familiarizados los habitantes de Carissa Aurelia.
Esta emisión se compone de dos series: cabeza galeada a izquierda (con
diferencia la más abundante) y cabeza galeada a derecha, siendo su peso medio
alrededor de 5 gramos. El reverso lo ocupa en ambos casos un jinete lancero con
rodela a izquierda sobre leyenda de ceca completa CARISA. El siguiente par de
monedas corresponde a otros tantos ejemplares de la serie cabeza galeada a
izquierda.
5ª Emisión.
6ª Emisión.
4ª Emisión.
Esta emisión, aunque no la más rara, sí que es la más deseada por los
coleccionistas en tanto en cuanto el mayor interés de su iconografía de
anverso: Cabeza de Hércules-Melqart con piel de león a izquierda, muy similar a
los semises de la cercana Gades, en cuyas monedas se debió inspirar, con toda
seguridad, esta cuarta emisión. Si a esto le sumamos un arte clasificable como
bueno para lo que es habitual en las acuñaciones de Carissa, entendemos el
porqué de su especial atractivo de cara al coleccionista numismático. El peso
medio de esta emisión se halla por los 4,7 gramos, muy poco por debajo por
tanto del de la emisión anterior. En cuanto al reverso luce el habitual jinete
lancero con rodela a izquierda sobre leyenda de ceca completa CARISSA. Las tres
monedas siguientes servirán para ilustrar perfectamente esta cuarta emisión.
Resulta evidente la datación más tardía de los ejemplares correspondientes
a esta quinta emisión toda vez que no sólo presentan un peso medio decididamente
más bajo (alrededor de 3,9 gramos) sino que además exhiben un arte manifiestamente
degenerado en comparación con cualquiera de las cuatro emisiones anteriores.
Esta emisión se divide en dos series: la primera y más abundante con
diferencia muestra en anverso una cabeza desnuda barbada a derecha de arte
ciertamente esquemático y poco realista (degenerado). Por su parte el reverso
lo ocupa el icono habitual de jinete lancero con rodela a izquierda sobre
leyenda de ceca modificada CARISA. Merece la pena destacar el pequeño tamaño de
la rodela en comparación con las de emisiones anteriores, detalle éste que
puede servir para identificar esta emisión en ejemplares mal conservados. El
siguiente ejemplar pertenece a esta primera serie de la quinta emisión.
La segunda serie se caracteriza por su mayor tosquedad de arte así como
por el hecho de llevar el jinete lancero a derecha (con rodela pequeña) y la
leyenda de ceca CARISA invertida. También posee un peso medio menor de
alrededor de 3,5 gramos. El anverso, por lo demás, es igual: cabeza masculina
desnuda barbada de arte esquemático a derecha.
Las monedas de la sexta emisión
han sido tradicionalmente calificadas de cuadrantes en razón de su muy reducido
peso medio: alrededor de 2,35 gramos. No obstante hoy en día se cuestiona esta
afirmación, ganando peso la posibilidad de que se trate de semises muy
degradados tanto en tamaño y peso como en arte: realmente se trata de las acuñaciones
de Carissa más toscas con mucha diferencia. Sea como sea, lo que resulta
indiscutible es su ubicación al final de la línea cronológica de la ceca de
Carissa Aurelia lo que no resulta óbice para que fueran acuñadas en gran número
tal y como indica su relativa abundancia en la actualidad, significativamente
superior a la de las emisiones anteriores.
El estudio de estas monedas
indica enseguida una gran abundancia de cuños con escasas diferencias entre
ellos. Resulta obvio que la calidad de los cuños empleados no era mucho mejor
que su estilo artístico, lo que debió ocasionar una escasa duración de cada uno
y por tanto su frecuente reemplazo. En ocasiones el arte se degrada hasta
extremos tales que dificultan mucho la interpretación correcta de la iconografía
de la moneda más allá del tipo básico de la emisión.
Aparte de una gran profusión de
cuños también se observa muy poco rigor a la hora de escoger los motivos de
anverso y reverso. Así, conviven bustos masculinos a derecha con bustos a
izquierda (en principio imberbes aunque su tosquedad impide estar seguros de lo
que quiso representar el abridor del cuño) alternándose con jinetes cabalgando
en ambas direcciones sobre leyenda CARISA o CARIS –cuando la irregularidad en
el trazado de las letras no impide reconocer la inscripción--, unas veces
invertida (existe una variante con solamente la letra R invertida), otras no, todo
ello sin que pueda advertirse una sucesión de combinaciones repetitivas que
permita afirmar con contundencia la existencia de series.
Las siguientes monedas
representan una selección de piezas habituales de esta emisión. Las cuatro
primeras exhiben un busto masculino desnudo a derecha, con el arte profundamente
degenerado propio de esta emisión y jinete lancero con rodela pequeña a
izquierda. Las otras tres presentan el busto de anverso a izquierda. El reverso
es idéntico al de las cuatro primeras. De hecho las monedas con jinete lancero
a derecha son considerablemente más raras tanto en esta emisión como en las anteriores.