En el año 337 muere el emperador Constantino I en la ciudad bitinia de Nicomedia. Tras de sí dejaba un Imperio netamente pagano, seguidor de las religiones tradicionales, pero en el cual los cristianos habían dejado de ser perseguidos a raíz de la proclamación del edicto de Milán (año 313).
Foto 1 (arriba).- Cruz de época bizantina temprana bellamente tallada en el dintel de uno de los dos accesos al bouleterion de Éfeso. Foto 2 (abajo).- Cruz de fisonomía similar a la de la foto 1 tallada en uno de los sillares de la fuente de Trajano, localizada al comienzo de la calle efesia de los Suretes, también conocida como Émbolos.
La proporción de cristianos era mucho mayor en la mitad oriental del Imperio, especialmente en los territorios asiáticos de éste. En occidente, de hecho, el cristianismo no pasaba de la condición de religión minoritaria, mientras que en oriente suponía un porcentaje nada despreciable de la población (alrededor del 20%). Esto explica que los primeros ataques cristianos contra los paganos acaecerían en esta mitad del Imperio, datando algunos de épocas bastante tempranas, todavía en vida de Constantino I.