Las provincias ilíricas fueron adjudicadas a Constancio II en el reparto del Imperio realizado a la muerte de Constantino I (337 d.C.). Mas como quiera que el joven Constante no quedó satisfecho con los territorios asignados a su persona (las prefecturas de Italia y África), convenció a sus hermanos en la conferencia de Viminacium (año 338) para que le cedieran también la provincia de Moesia Superior y la península balcánica, cuyas provincias (Macedonia y Aquea) estaban sin gobernante desde el asesinato del césar Dalmacio.
La nueva prefectura pretoriana de Iliria sería configurada por Constante algunos años después incluyendo territorios pertenecientes a las prefecturas de Italia e Iliria (esta última referida a su configuración de época de Diocleciano). Comprendía las diócesis de Iliria, Dacia y Macedonia así como la Aquea Pronconsular, lo que implicaba el control de la mayor parte de la frontera del Danubio y su limes fortificado.
A la muerte de Constantino I operaban dos cecas monetales en los territorios de la prefectura de Iliria: Siscia y Tesalónica. Vamos a repasar brevemente su historia y conocer algunas de sus acuñaciones.
Siscia. Es la actual ciudad croata de Sisak. Sus más de 2500 años de historia comienzan en la Edad del Hierro cuando un asentamiento celta llamado Segestica, nombre que derivaría en Siscia, es fundado en la confluencia entre los ríos Kupa, Sava y Odra. Según palabras de Apiano la ciudad estaba “fuertemente defendida por las aguas, que la rodeaban formando un gran foso alrededor de ella”. En el año 35 a.C. es ganada para Roma por Octaviano, el futuro emperador Augusto, tras un asedio de 30 días. Su gran bondad defensiva la llevaría a ser escogida como base militar de primer orden por el futuro emperador Tiberio, en el marco de la gran rebelión iliria (6-9 d.C.), y frente a los dacios posteriormente. En recompensa a su lealtad al Imperio, Vespasiano la elevará a la categoría de colonia romana con el nombre de Colonia Flavia Siscia.
Foto 1.- Fragmento de la muralla bajoimperial de Siscia.
Siscia conservó un gran ascendiente sobre el área del Ilírico durante el alto Imperio. No sucedería lo mismo en el pleno y bajo Imperios, cuando las necesidades militares aconsejaron desplazar la concentración de recursos militares y dinerarios a la plaza de Sirmio: mucho más próxima al limes danubiano y por tanto mejor ubicada estratégicamente para coordinar la defensa de éste. A medida que Sirmio ganaba importancia, Siscia la perdía. De hecho fue Sirmio y no Siscia la ciudad escogida por Diocleciano, en los albores de la Tetrarquía, para ubicar la capital de la porción del Imperio a controlar por el césar Galerio. Con todo, Siscia conservó siempre una importancia destacada que se prolongaría durante la Edad Media, gracias principalmente a la gran capacidad de su puerto fluvial.
Pocos son los restos de la antigua Siscia que se pueden observar en la actual Sisak. La ausencia de excavaciones arqueológicas unida a la presión urbanística ha ocasionado que sólo puedan contemplarse algunos fragmentos de la muralla bajoimperial de la ciudad (foto 1).
Numismáticamente hablando Siscia comienza su andadura en el año 259, reinando el emperador Galieno. La nueva ceca fue instituida para sustituir a la veterana ceca de Lugdunum, en la Galia, que había caído en poder del usurpador Póstumo. Su misión principal fue siempre suministrar numerario a las tropas de la frontera del Danubio, para lo cual acuñó monedas en los tres metales. Destaca sin duda el volumen de las emisiones broncíneas, muy elevado, hasta el punto de haber llegado a contar con siete oficinas trabajando en paralelo durante el reinado de Probo. A la muerte de Constantino I contaba con cinco oficinas operativas, lo que indica que seguía plenamente activa así como acuñando ingentes cantidades de monedas. La progresiva decadencia del Imperio de Occidente conllevaría la reducción del número de oficinas: primero cuatro (351-378), luego dos (378-387) y finalmente una sola que sería clausurada durante el reinado de Honorio (circa 413). Las fotos 2, 3, 4, 5, 6 y 7 servirán para conocer algunas monedas acuñadas en la ceca de Siscia durante el periodo 309 - 350 d.C.
Foto 2.- Follis acuñado en la quinta oficina de Siscia a nombre del Augusto de oriente Maximino II Daya en el trienio 309-311. Bronce con muy leve liga de plata. Conserva el plateado superficial lo que indica que esta moneda fue acuñada al inicio de la emisión, cuando las cecas procuraban destacar dicho plateado al objeto de transmitir al usuario su carácter de moneda “argéntea”. Sería, pues, factible datarla en el año 309.
Foto 3.- Follis acuñado en la primera oficina de Siscia a nombre del Augusto de oriente Licinio en el periodo 313-317. Bronce. Destacar el peculiar estilo del busto y de la alegoría del reverso, fuertemente oriental.
Foto 4.- Follis reducido acuñado en la tercera oficina de Siscia a nombre de Constantino I en el año 317, esto es recién conquistada la ceca por Constantino tras la batalla de los Campos Ardienses en que fuera derrotado Licinio I. De todas las emisiones con reverso SOLI INVICTO COMITI acuñadas por Constantino I ésta de Siscia es la más escasa con diferencia y, desde luego, la que más difiere estilísticamente del resto.
Foto 5.- Centenonial acuñado en la segunda oficina de Siscia a nombre del césar Crispo. Bronce con pequeña liga de plata. Ejemplar de gran calidad con el plateado superficial bien preservado. Año 320 d.C.
Foto 6.- Maiorina acuñada en la primera oficina de Siscia a nombre de Constancio II. Esta moneda fue acuñada durante el imperio de Vetranio, que gobernara la prefectura de Iliria en el año 350 a modo de táctica dilatoria por medio de la cual evitar la entrada del ejército del Danubio en la órbita del usurpador occidental Magnencio. Las acuñaciones de Vetranio fueron emitidas exclusivamente en las cecas de Sicia y Tesalónica, presentando tipos exclusivos como este HOC SIGNO VICTOR ERIS (“Con Éste Signo Vencerás): claro homenaje a Constantino I, el fundador de la dinastía constantiniana, y, por tanto, inequívoca manifestación de la adhesión de Vetranio a la causa de Constancio II.
Foto 7.- Maiorina acuñada en la quinta oficina de Siscia a nombre de Vetranio en el año 350. Reverso CONCORDIA MILITVM exclusivo de Vetranio. En paralelo a las emisiones a nombre de Constancio II, el augusto legítimo, Vetranio también batió moneda en su propio nombre, caracterizadas por un arte y acuñación muy cuidadas.
Tesalónica. Se trata de la Thessaloniki de nuestros días. Fue fundada en el año 316 a.C por el diadoco Casandro en un importante cruce de caminos lo que facilitaría su desarrollo económico y el despunte de la ciudad como puerto principal del norte de Grecia.
Durante el periodo romano Tesalónica vive momentos de gran esplendor gracias a su emplazamiento en mitad de la Via Egnatia, esto es la ruta terrestre que enlazaba Bizancio (luego Constantinopla) en el Bósforo con Dirraquio en el Adriático, garantizando por tanto la llegada de las mercancías de oriente a los puertos italianos y de ahí a Roma. Su importancia como ciudad no sólo es económica sino también política, especialmente en el Bajo Imperio. En efecto, Galerio Maximiano la escogió como residencia, dotándola de monumentales edificios que la permitieron rivalizar con las más suntuosas capitales imperiales. A partir de 379 Tesalónica reemplaza a Sirmio en la capitalidad de la prefectura de Iliria. Tampoco decae la ciudad durante el periodo bizantino temprano, siendo considerada la segunda ciudad más importante del Imperio, solamente superada por la sin par Constantinopla. Desde entonces hasta nuestros días Tesalónica ha pasado por muchos avatares y por diferentes dominaciones, todo ello sin perder su dinamismo económico alimentado por el enorme tráfico de su puerto. En la actualidad sigue siendo una ciudad muy importante y su puerto uno de los mayores del Egeo.
Foto 8.- El arco de Galerio en Tesalónica.
Merece la pena la visita a Tesalónica pues a pesar de los no pocas destrucciones sufridas por la ciudad en los últimos dos siglos ha conservado su patrimonio histórico en razonable buen estado. De época romana se conservan el Arco, el Mausoleo y el Palacio de Galerio (el primero en buen estado --foto 8--, el segundo modificado, el tercero como ruina arqueológica –foto 10--) y algunos sectores de la muralla urbana. El Arco fue construido por el césar Galerio para celebrar su victoria sobre los persas sasánidas, siendo quizás el monumento romano más importante de la ciudad desde el punto de vista histórico.
Foto 9.- Ruinas del palacio de Galerio en Tesalónica.
Las emisiones monetales de Tesalónica se encuentran entre las más extensas y duraderas de la mitad oriental del Mediterráneo. Sus primeras emisiones datan de mediados del siglo II a.C., prosiguiendo sin solución de continuidad a lo largo de los periodos romano y bizantino temprano hasta los últimos años del reinado de Heraclio (610-641), momento en que las invasiones árabes interrumpen los flujos comerciales bizantinos, provocando un tremendo caos económico que arrastrará consigo a la mayoría de las casas de moneda imperiales. La ceca volverá a batir moneda a finales del siglo XI, perdurando durante otros tres largos siglos hasta la conquista otomana de la ciudad.
Tesalónica no empezó a acuñar moneda imperial, esto es de curso legal en todo el Imperio Romano, hasta el año 298 d.C. cuando Diocleciano manda situar en la ciudad una de las nuevas cecas oficiales. La misión de la ceca imperial tesalonicense era proveer de numerario a toda el área balcánica y desde luego no se puede negar que la cumplió eficazmente: hasta seis oficinas llegaron a trabajar en paralelo durante el periodo 308-311. No obstante lo normal es que oscilaran entre dos y cuatro oficinas. La ceca destaca por su peculiar estilo, ciertamente orientalizado así como bastante alejado del realismo, y también por la variedad de tipos que emplea, algunos de ellos exclusivos de esta ceca, sobre todo durante el reinado de Constantino I. Los ejemplares de las fotos 10, 11, 12, 13, 14 y 15 corresponden a monedas acuñadas entre el 308 y el 363 d.C.
Foto 10.- Follis acuñado en la segunda oficina de Tesalónica a nombre del Augusto de oriente Galerio Maximiano en el trienio 308-310. El tipo de reverso GENIO AVGVSTI fue el más acuñado con diferencia durante la segunda tetrarquía, razón de su gran abundancia hoy en día.
Foto 11.- Follis acuñado en la primera oficina de Tesalónica a nombre de Galeria Valeria, hija de Diocleciano y mujer de Galerio Maximiano en el trienio 308-310. Las emisiones a nombre de la emperatriz Galeria son significativamente más escasas que las realizadas a nombre de su marido, alcanzando por tanto unos precios de mercado bastante mayores.
Foto 12.- Follis acuñado en la segunda oficina de Tesalónica a nombre de Constantino I: Augusto de Occidente en el bienio 312-313. Esta moneda fue acuñada antes de la batalla de los Campos Ardienses, estando todavía Tesalónica bajo control de Licinio I. A consecuencia de su derrota en dicha batalla, Licinio I perdería todos sus dominios europeos con la sola excepción de la diócesis de Tracia.
Foto 13.- Centenonial acuñado en la quinta oficina de Tesalónica a nombre del joven césar Licinio II, hijo primogénito del emperador Licinio, en el bienio 318-319. Bronce con liga de plata. Se trata de un ejemplar del original tipo de reverso VOT V MVLT XX CAESS TSE dentro de guirnalda, exclusivo de Tesalónica. La moneda fue acuñada después de la batalla de los Campos Ardienses, es decir: estando la ceca bajo dominio de Constantino I. Esto explica la expresión CAESS –Caesarum: “de los Césares”— referida tanto al propio Licinio II como a Crispo y Constantino II, proclamados césares los tres a finales del 316.
Foto 14.- Centenonial acuñado (321-324) a nombre del césar Crispo, el hijo mayor de Constantino I, habido con Minervina, su primera mujer. Bronce con liga de plata. Esta emisión a nombre de Crispo fue acuñada exclusivamente en la cuarta oficina de la ceca tesalonicense.
Foto 15.- Doble Maiorina acuñada en la segunda oficina de Tesalónica a nombre de Juliano II en el bienio 362-363. Juliano intentó revalorizar el sistema monetal romano, muy afectado por la inflación. Una de sus medidas a este respecto fue la introducción de un nuevo tipo monetal: la doble maiorina, la cual era una moneda de gran tamaño (alrededor de 27 mm de diámetro), con un gran valor liberatorio y en cuyo reverso aparecía siempre un toro estante a derecha, posiblemente el Buey Apis. Destacar el fuerte sabor oriental de la acuñación.
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