sábado, 23 de diciembre de 2017

Elementos de Cristianización en edificios paganos. Un breve estudio.

En el año 337 muere el emperador Constantino I en la ciudad bitinia de Nicomedia. Tras de sí dejaba un Imperio netamente pagano, seguidor de las religiones tradicionales, pero en el cual los cristianos habían dejado de ser perseguidos a raíz de la proclamación del edicto de Milán (año 313). 


Foto 1 (arriba).- Cruz de época bizantina temprana bellamente tallada en el dintel de uno de los dos accesos al bouleterion de Éfeso. Foto 2 (abajo).- Cruz de fisonomía similar a la de la foto 1 tallada en uno de los sillares de la fuente de Trajano, localizada al comienzo de la calle efesia de los Suretes, también conocida como Émbolos. 

La proporción de cristianos era mucho mayor en la mitad oriental del Imperio, especialmente en los territorios asiáticos de éste. En occidente, de hecho, el cristianismo no pasaba de la condición de religión minoritaria, mientras que en oriente suponía un porcentaje nada despreciable de la población (alrededor del 20%). Esto explica que los primeros ataques cristianos contra los paganos acaecerían en esta mitad del Imperio, datando algunos de épocas bastante tempranas, todavía en vida de Constantino I.

martes, 14 de noviembre de 2017

Una breve descripción de los aparejos constructivos romanos. PARTE 2.

Continuemos con la descripción de los diversos aparejos constructivos romanos iniciada en la anterior publicación de este blog...

Oppus Testaceum. Este aparejo, inventado por los romanos, no es ni más ni menos que el efectuado con ladrillo cocido: mucho más duro, resistente y duradero que el ladrillo de adobe tradicional –sin cocer-, cuya fábrica era por cierto denominada Oppus Latericium, de donde proviene nuestra palabra ladrillo (later, -eris). El tamaño de los ladrillos cocidos romanos seguía generalmente un módulo normalizado en 3 medidas distintas –foto 1-- cada una de ellas con su propio nombre: bipedal –con dos pies de lado mayor, 59,2 cms--, bessal –los más pequeños, 2/3 de pie de lado mayor: 19,7 cms y sesquipedal –1,5 pies--, estos últimos susceptibles de ser partidos en triángulos. En el caso de los de adobe, existían también tres clases de ladrillo a saber: ladrillo lidio  --con unas dimensiones de 1 pie por medio pie (29,6 x 18,8 cm)--, ladrillo tetradorum –de cuatro palmos, 1 pie por 1 pie (29,6 x 29,6 cm) y el ladrillo pentadron – de cinco palmos o lo que es igual 37 x 37 cm--. Aunque normalmente eran de geometría rectangular no faltan ejemplos de ladrillos tubulares –sección circular y cuadrada— y  circulares (semicilíndricos, cilíndricos y de cuarto de cilindro) empleados respectivamente en tejados y columnas –foto 2--. También se dan casos de ladrillos cortados en caprichosas formas destinadas a la realización de dibujos con los que adornar las fachadas de los monumentos. Este aparejo en concreto se denomina Oppus Figlinum.

Foto 1 (arriba).- Conjunto de ladrillos romanos con diferente módulo. Ciudad romana de Regina. Casas de Reina Badajoz. Siglo II d.C.

Dispuesto en hiladas longitudinales unidas con argamasa de cal –foto 3--, el ladrillo cocido, en adelante nombrado simplemente ladrillo, demostró desde un principio –allá por el siglo I a.C.— ser un material óptimo para la construcción dada su baratura y buenas características técnicas, hasta el punto de generalizarse rápidamente su uso por todo el Imperio. De hecho, buena parte de las principales construcciones de época alto imperial conservadas se encuentran ejecutadas en este material y no en piedra, decantándose por completo la arquitectura romana hacia el ladrillo en los dos últimos siglos del Imperio, cuando los caudales disponibles para la erección de nuevos edificios se iban reduciendo año tras año junto al esplendor y el poderío de Roma.

sábado, 7 de octubre de 2017

Una breve descripción de los aparejos constructivos romanos. PARTE 1.

De los diez libros escritos por Vitruvio  a modo de resumen del saber arquitectónico de su época y las anteriores, cuerpo que conforma su obra maestra De architectura, es el segundo aquél escogido por el autor para exponer extensamente los diferentes materiales de construcción y aparejos constructivos empleados en su tiempo. Enunciados todos ellos con el genérico Oppus, la segunda palabra sirve para definir cada aparejo en particular. Vamos a conocerlos…

Oppus Quadratum.  Se denomina con este nombre al aparejo de sillería –fotos 1,1bis y 2--, sobradamente conocido antes de Roma si bien es bajo la égida latina cuando alcanza su cenit en el occidente europeo. Así lo demuestran, ciertamente, los múltiples ejemplos de estructuras levantadas con este material: tanto civiles como militares, de habitación, palaciegas o religiosas. 


Foto 1 (arriba).- Puente de Alconetar. Garrovillas de Alconetar, Cáceres. Siglo II d.C. Paramento de Oppus Quadratum a soga y tizón. Obra de calidad media, típicamente provincial. Foto 1Bis (abajo).- Espléndido ejemplo de Oppus Quadratum de alta calidad en el teatro romano de Mileto (Turquía).

Aparejo de origen griego, los helenos levantaban toda la estructura, lo que incluye no sólo los paramentos externos sino también al núcleo, con este material. Sin embargo la edilicia romana, más practica que la griega, sustituyó desde un primer momento (finales del siglo IV a.C.) el núcleo de sillar por otro, mucho más barato, de mampostería tosca cogida con mortero de cal en lo que supone el primer ejemplo de aprovechamiento del mortero de cal como aglomerante murario (hasta entonces el mortero de cal se había utilizado exclusivamente como revestimiento). Esta técnica, conocida según las fuentes clásicas por el nombre de Emplecton se extendió rápidamente desde Italia por todo el imperio romano, habiéndose persistido en uso hasta nada menos que las décadas finales del siglo XIX cuando la avenida del cemento Portland y el hormigón moderno la retiró definitivamente.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Un repaso por las cecas imperiales operativas a la muerte de Constantino I (337 d.C.), 4ª Parte: la Prefectura de Oriente. 2ª Parte.

Continuamos con nuestro recorrido por las cecas monetales operativas a la muerte de Constantino el Grande en los territorios de la Prefectura de Oriente. En esta entrada vamos a conocer las cecas de Cízico, Antioquía y Alejandría.

Cízico. Las escasas ruinas de la otrora grandiosa capital de Misia se encuentran a pocos kilómetros de la localidad turca de Erdek, al norte del país, semiocultas por el espeso olivar que puebla la zona. El lugar exacto es conocido como Bal Kiz, la antigua Kiz, procediendo la palabra Kiz de Kyzikos, el nombre griego de la ciudad.

Fundada a mediados del siglo VII a.C. por griegos jonios procedentes de Mileto, Cízico se posiciona como la principal ciudad comercial del oeste de Asia Menor a raíz de la derrota ateniense en la guerra del Peloponeso (404 a.C.) y el vacío en el control de las rutas económicas que ésta dejara. Su excelente posición estratégica en mitad del mar de Mármara unida a una más que sólida posición defensiva al amparo del estrecho istmo de la península del Arctoneso garantizaría durante siglos a Cízico la condición de emporio mercantil de primer orden. Tal era, ciertamente, la riqueza, tamaño y dinamismo de la ciudad que en el cénit de su esplendor, durante los dos primeros siglos de la era Cristiana, fue considerada una de las ocho ciudades más importantes del Imperio romano.

Foto 1.- Ruinas del podio del templo de Adriano.

jueves, 3 de agosto de 2017

Descubriendo Asia Menor II. Día 3, 2ª Parte. El santuario de Claros.

El santuario de Claros se encuentra a 4 kilómetros al norte de Notion. El paisaje que lo rodea es llano; su clara tierra aparece cubierta por una verde capa de árboles frutales, sobre todo naranjos y mandarinos. Dada la fecha, finales de noviembre, los frutos están maduros y listos para la recogida. La verdad es que tienen una pinta excelente.

Tras un corto paseo por el campo llegamos hasta la valla que delimita el emplazamiento del antiguo complejo sacro. Nos encontramos a punto de conocer el que fuera uno de los santuarios oraculares más importantes del mundo helénico. Merece, pues, la pena pagar la entrada al yacimiento y penetrar en su interior.

Foto 1.- El propileo del santuario de Claros visto desde el interior de éste.

domingo, 25 de junio de 2017

Un repaso por las cecas imperiales operativas a la muerte de Constantino I (337 d.C.), 4ª Parte: la Prefectura de Oriente. 1ª Parte.

La prefectura de Oriente fue creada a la muerte de Constantino el Grande y entregada al segundo de los hijos de éste, Constancio II. Era la más grande de las cuatro y también la más rica pues no en vano albergaba provincias como Asia o Egipto: de lejos las más prósperas y desarrolladas del Imperio. También contaba con una sólida guarnición legionaria concentraba principalmente en la frontera con el imperio sasánida más una legión en Egipto. Ahora bien, eran tropas consideradas, en promedio, de peor calidad que las danubianas, britanas o renanias, motivo por el que Constantino II prefirió retener para sí la prefectura de las Galias en lugar de tomar la de Oriente.

Sus dominios se extendían por Europa, Asia y África. En Europa poseía la diócesis de Tracia, en el confín oriental de la península balcánica. Asomada al estrecho del Bósforo se alzaba la gran ciudad de Constantinopla, capital de la diócesis y de la prefectura. El Egipto romano, con capital en Alejandría, constituía la parte africana de la prefectura. Por su parte los territorios asiáticos se dividían en dos grandes regiones: la península de Anatolia, en aquel entonces llamada Asia Menor, subdividida a su vez en las diócesis de Asia (capital en Éfeso) y del Ponto (capital en Nicomedia), y el próximo oriente mediterráneo, incluida aquí la alta Mesopotamia, con capital en Antioquía.

Foto 1.- Las inmortales murallas de Constantinopla, erigidas en tiempos de Teodosio II.

sábado, 27 de mayo de 2017

Descubriendo Asia Menor II. Día 3, 1ª Parte. Notion.

Salimos de Kusadasi en dirección hacia el norte. La mañana ha amanecido soleada y con una agradable temperatura propia de fechas más tempranas. Conducimos por una briosa carretera muy cerca de la orilla del mar. 31 kilómetros nos separan de la pequeña localidad costera de Ahmetbeyli, al este de la cual se encuentran las ruinas de la antigua ciudad griega de Notion. El lugar está malamente señalizado pero no obstante tiene poca pérdida para el que ha hecho los deberes antes de salir: cierto cerro de buen empaque y altura, majestuosamente erguido frente a las aguas azules del Egeo, al pie del cual pasa la carretera, alberga, sin duda alguna, el yacimiento que estamos buscando. Es por ello que aparcamos en un descampado cercano y nos disponemos a descubrir un nuevo tesoro de Asia Menor.


Foto 1 (arriba).- Paramento externo de la muralla de Notion con su bonito despiece de sillería. Foto 2 (abajo).- Sección longitudinal de la muralla donde se observa el relleno tosco de cascotes y tierra habitual en las estructuras defensivas. 

viernes, 28 de abril de 2017

Descubriendo Asia Menor II. Día 2, 2ª Parte. Teos.

Llegamos a Sigacik, en la costa del Egeo, comenzando la tarde. Indagamos por la dinámica localidad –hay muchos establecimientos de tipo turístico al pie de la carretera principal— hasta llegar adonde un confuso cartel parece enviar hacia las ruinas de la antigua ciudad de Teos. Como el camino es de tierra y no en muy buen estado a partir de ese punto preferimos dejar el coche junto a una de las últimas casas del pueblo e ir andando. La tarde es luminosa y nada fría lo que invita a caminar y relajarse con el paisaje campestre.

Foto 1.- Losa rectangular con curiosa decoración en forma de círculos unidos por un tramo central.

No estamos seguros del todo que se vaya a Teos por ahí, de hecho durante un largo trecho no vemos ni carteles, ni vallas, ni excavaciones, nada. No obstante los indicios de habitación antigua que detectamos apuntan a que hemos escogido sino la mejor de las vías que conducen al yacimiento, al menos sí una de ellas. Así parece confirmarlo finalmente la localización de lo que parecen los restos de la muralla de la ciudad antigua: apenas sobresalientes unos pocos centímetros sobre la maleza amarilla que cubre el terreno. No mucho después encontramos el primer cartel explicativo. La visita a Teos está a punto de comenzar. Conozcamos un poco la historia de esta ciudad antes de embarcarnos en ella…


Fotos 2 y 2Bis.- Vista general del teatro de Teos desde el frente (arriba) y desde una de sus esquinas (abajo).

sábado, 1 de abril de 2017

Un repaso por las cecas imperiales operativas a la muerte de Constantino I (337 d.C.), 3ª Parte: la Prefectura de Italia.

La prefectura de Italia se extendía no sólo por la península italiana propiamente dicha sino también por los territorios de la Galia Cisalpina, las islas de Córcega, Cerdeña y Silicia, la provincia de Retia y las provincias africanas de Mauretania Caesarensis y Africa Proconsular. Fue creada a raíz del reparto del Imperio llevado a cabo por los hijos de Constantino I y adjudicada al joven Constante. Se trataba de un territorio no excesivamente extenso aunque de gran importancia económica e histórica, con la ventaja añadida de estar bastante menos expuesto a los ataques enemigos que los mismos localizados a levante y poniente de sus fronteras. Esto último explica que dispusiera de muchas menos tropas estacionadas en su interior lo que a su vez constituye la razón última de que fuera entregado al más joven y menos influyente de los tres hermanos.

A la muerte de Constantino I operaban dos cecas monetales en los territorios de la prefectura de Italia: Roma y Aquileia. La ceca de Ticinum había estado batiendo moneda hasta el año 326, esto es once años antes de la muerte de Constantino I. No obstante la vamos a incluir también en este pequeño trabajo pues así lo amerita la gran calidad y la abundancia de sus acuñaciones. 

Roma. La inmensa importancia histórica de Roma, la Ciudad Eterna, es sobradamente conocida, excediendo de lejos los límites de esta entrada cualquier intento de resumir su historia. Nos vamos a limitar, por tanto, a apuntar solamente algunos detalles de su historia numismática. 

Foto 1.- Arco de Constantino I erigido en conmemoración de la victoria constantinea en la batalla del Puente Milvio.

La gran mayoría de las acuñaciones imperiales anteriores a la reforma de Diocleciano fueron realizadas en los talleres de la ceca de Roma, especialmente en el periodo altoimperial y en el de la dinastía severa. Durante la anarquía militar la ceca continúa trabajando a buen rendimiento si bien asistida –o en competición según la situación histórica— por un número cada vez mayor de cecas provinciales localizadas sobre todo en la mitad oriental del Imperio. Ésta pluralidad de cecas estaba ya relativamente avanzada en el 293, fecha en que Diocleciano decide darle el espaldarazo definitivo, degradando a la ceca de Roma a la condición de “una más”: no mucho más importante –a veces incluso menos— que el resto de cecas distribuidas a lo largo y ancho del Imperio.

sábado, 11 de marzo de 2017

Un repaso por las cecas imperiales operativas a la muerte de Constantino I (337 d.C.), 2ª Parte: la Prefectura de Iliria.

Las provincias ilíricas fueron adjudicadas a Constancio II en el reparto del Imperio realizado a la muerte de Constantino I (337 d.C.). Mas como quiera que el joven Constante no quedó satisfecho con los territorios asignados a su persona (las prefecturas de Italia y África), convenció a sus hermanos en la conferencia de Viminacium (año 338) para que le cedieran también la provincia de Moesia Superior y la península balcánica, cuyas provincias (Macedonia y Aquea) estaban sin gobernante desde el asesinato del césar Dalmacio.

La nueva prefectura pretoriana de Iliria sería configurada por Constante algunos años después incluyendo territorios pertenecientes a las prefecturas de Italia e Iliria (esta última referida a su configuración de época de Diocleciano). Comprendía las diócesis de Iliria, Dacia y Macedonia así como la Aquea Pronconsular, lo que implicaba el control de la mayor parte de la frontera del Danubio y su limes fortificado. 
A la muerte de Constantino I operaban dos cecas monetales en los territorios de la prefectura de Iliria: Siscia y Tesalónica. Vamos a repasar brevemente su historia y conocer algunas de sus acuñaciones.

Siscia. Es la actual ciudad croata de Sisak. Sus más de 2500 años de historia comienzan en la Edad del Hierro cuando un asentamiento celta llamado Segestica, nombre que derivaría en Siscia, es fundado en la confluencia entre los ríos Kupa, Sava y Odra. Según palabras de Apiano la ciudad estaba “fuertemente defendida por las aguas, que la rodeaban formando un gran foso alrededor de ella”. En el año 35 a.C. es ganada para Roma por Octaviano, el futuro emperador Augusto, tras un asedio de 30 días. Su gran bondad defensiva la llevaría a ser escogida como base militar de primer orden por el futuro emperador Tiberio, en el marco de la gran rebelión iliria (6-9 d.C.), y frente a los dacios posteriormente. En recompensa a su lealtad al Imperio, Vespasiano la elevará a la categoría de colonia romana con el nombre de Colonia Flavia Siscia.

Fragmento de la muralla
Foto 1.- Fragmento de la muralla bajoimperial de Siscia.

domingo, 12 de febrero de 2017

Descubriendo Asia Menor II. Día 2, 1ª Parte. Erythrai.

La costa del Egeo es un lugar muy agradable en la mañana del segundo día de viaje por Asia Minor. El sol ilumina las abruptas colinas que salpican el interior de la península de Çesme. Se trata de una zona cuya población se concentra mayoritariamente en la costa, dejando el interior en un estado semi-salvaje. Pequeñas carreteras locales avanzan paralelas a la costa conectando los diferentes pueblos. Tomamos una que conduce hacia el norte en dirección a Ildiri, antaño llamado Lithri y más antaño aún, mucho más, Erythrai: la antigua Erythrai, a la sazón el objetivo de la primera visita del día.

Domus romana excavada en las inmediaciones
Foto 1.- Domus romana excavada en las inmediaciones del puerto de Ildiri.

Ildiri es un pueblo costero no muy grande ni especialmente próspero. Dispone de un puerto razonablemente bien equipado para el tráfico menor, el cual constituye el principal motor económico de la localidad. Sus edificios se alzan en mismo solar donde se alzara la antigua Erythrai –nunca despoblada-- lo que inevitablemente dificulta los trabajos arqueológicos. Demos un breve repaso a la historia de esta ciudad griega antes de continuar.

Erythrai (Erythrae en latín, Eritras en castellano) fue fundada en una época bastante remota, anterior al periodo arcaico griego. Pausanias nos dice que el nombre procede de su fundador Éritros, hijo del rey Radamanto de Creta, siendo sus primeros habitantes una mezcolanza de cretenses, panfilios, licios y carios: esto es gentes nativas de Anatolia con la sola excepción de los cretenses, que harían las veces de élite dirigente de la ciudad. En algún momento de la primera mitad del siglo IX a.C. sería recolonizada por griegos continentales, entrando así en la historia de la civilización griega propiamente dicha. Según Estrabón el nombre Erythrai se debe a la ciudad natal de estos colonos griegos: Erythrai de Beocia. 

Domus romana

Vistas de la domus romana de Ildiri
Fotos 2 y 3.- Vistas de la domus romana de la foto 1 donde se aprecia la riqueza de los materiales utilizados.

domingo, 22 de enero de 2017

Descubriendo Asia Menor II. Día 1, 2ª Parte. Kyme.

Media hora escasa de conducción nos trasladan hasta la costa de la Eólida, concretamente al tramo dominado por la ciudad de Aliağa. Se trata de un área fuertemente industrializada, donde destacan dos grandes áreas portuarias surcadas por abundante tráfico pesado tanto marítimo como terrestre. Un cartel situado en la autovía general que recorre la fachada occidental de Turquía nos indica la salida que hay que tomar para visitar las ruinas de la antigua ciudad de Kyme. Lamentablemente ésa es la única señalización existente de manera que nos perdemos varias veces, preguntamos otras tantas –con escaso aprovechamiento dadas las barreras idiomáticas—y sólo al cabo de cuarenta minutos de trayecto errático, tras el minucioso examen de una foto aérea descargada de internet, damos con la entrada de una pista de tierra que, previsiblemente, conduce hasta las inmediaciones del yacimiento. Nos veíamos ya pateando la ciudad antigua cuando advertimos que nuestras “desdichas” aún no habían concluido. En efecto, apenas llevábamos avanzados unos cientos de metros por la citada pista cuando la pésima calidad del firme –puro barro interrumpido por charcos de ignota profundidad— aconsejó detener el vehículo y reflexionar un poquito… ya que no era plan de quedarse atascados en el barro y camino íbamos de ello. El caso es que decidimos dar la vuelta al coche –maniobra bastante laboriosa dada la gran estrechez de la vía—y deshacer el camino hasta llegar adonde una pequeña explanada permitía dejar el coche estacionado sin bloquear la vía. El resto del camino hasta Kyme había que hacerlo a pie y contrarreloj, casi a paso ligero, dado que la tarde ya estaba avanzada y el sol había empezado a declinar en el cielo. No es que fuera mucha distancia: tal vez un poco más de un kilómetro pero dado que ni siquiera estábamos totalmente seguros de que el yacimiento estuviera por ahí se nos hicieron bastante largos. De hecho íbamos a darnos ya la vuelta cuando divisamos en la distancia lo que parecía ser un cartel explicativo. Y lo era. Y Kyme estaba, de hecho, al lado sólo que a contraluz, razón por la que no veíamos sus ruinas desde lejos.

Aliaga, Turquía, Turkey
Foto 1.- Restos del puerto antiguo de Kyme.

La historia de Kyme (Cyme en latín, Cime en castellano) es larga como pocas. Fue fundada por colonos griegos procedentes de la ciudad de Locris en algún momento del siglo VIII a.C. El asentamiento prosperó grandemente hasta el punto de conformar una suerte de emporio local enfocado al comercio marítimo, con escasa relación con el interior de Anatolia. Con el correr del tiempo sería considerada la mayor y más importante de las ciudades eolias: una apetecible presa, por tanto, para el imperio persa que la conquistara en el año 540 a.C. 

Aliaga, Turquía, Turkey
Foto 2.- Entrada al castillo bizantino localizada en su esquina NO. Cuerpo de guardia anejo.

jueves, 5 de enero de 2017

Descubriendo Asia Menor II. Día 1, 1ª Parte. Aigai.

Un día soleado, no muy fresco, algo cálido para lo que correspondería a una fecha de finales de otoño, nos recibe en el hotel próximo al aeropuerto de Izmir donde hemos pasado la noche procedentes de un largo vuelo desde Madrid, con escala en Estambul incluida.


Fotos 1 y 2.- Sarcófagos grecorromanos localizados en la necrópolis de Aigai.

Tras recoger el coche alquilado, no sin superar algunos inconvenientes con la dichosa tarjeta de crédito, enfilamos rumbo al norte. Otra vez nuestros pasos nos han llevado a recorrer las antiguas tierras de Asia Menor. Otra vez la magia de los siglos nos llama desde lo alto de los cerros, en lo profundo de los valles, al pie de las azules aguas del Egeo… allá vamos, pues, no sea cosa de que lleguemos tarde a la cita.

Restos de una tumba de tipo túmulo en la necrópolis de Aigai
Foto 3.- Restos de una tumba de tipo túmulo en la necrópolis de Aigai.

Nuestra primera visita es Aigai, en tierras de Eolia, cien kilómetros al norte de Izmir. Aunque nuestra idea es visitar las ciudades antiguas de Jonia y Caria, esto es al sur y sureste de Izmir, acudimos primero aquí pues no pudimos hacerlo el año pasado, cuando exploramos la Eólida, por falta de horas de luz.


Calzada de acceso a Aigai.
 Fotos 4 y 5.- Calzada de acceso a Aigai. Flanqueada en algunos tramos por muros de contención tal y como se puede ver en la foto 5.