Ciudad de los autrigones (no es
raro referirse a ella como Tritium Autrigonum) conocida por Plinio y las
referencias del itinerario de Antonino. Se la localiza en el paraje conocido
como El Alto de Rodilla, un kilómetro escaso al este de la localidad burgalesa
de Monasterio de Rodilla, sobre un altozano cultivado de cereal en la
actualidad.
El lugar, conocido de antiguo[1],
nunca ha sido excavado aunque sí prospectado con notable éxito tanto desde el
punto vista numismático como epigráfico y ceramológico. En el siglo XIX se
desenterraron algunas canaletas de opus caementicium hoy desaparecidas.
Vista general del
emplazamiento de la ciudad autrigona de Tritium.
Parece ser que la ciudad romana
fue antes un asentamiento autrigón, conquistado por los romanos en el marco de
las guerras celtibericas. El registro cerámico, caracterizado por abundante
presencia de terra sigillata hispánica y sudgálica, indica que la
romanización de Tritium da comienzo en época de Escipión (hacia el 130 a.C.),
prolongándose sin solución de continuidad hasta el siglo V d.C. en que, al
parecer, se abandona sin que se vuelva a ocupar el asentamiento.
Vista área del Alto de Rodilla donde se aprecian claramente, por crecimiento diferencial del cereal cultivado, las trazas de las edificaciones de época clásica soterradas.
Las monedas encontradas en el yacimiento engloban un arco temporal con extremos en los años 112 y 378 d.C., concordante por tanto con la cronología aportada por el análisis del registro cerámico. En cuanto a la epigrafía localizada tanto en el solar de la ciudad como en su antiguo territorium merece la pena destacar una estela funeraria encontrada en el término municipal de Belorado dedicada a C. Sempronius Sulla, fallecido a la avanzada edad de setenta años. Datada en el siglo III, la inscripción indica la pertenencia del difunto a la tribu Quirina, como se sabe la gens escogida por los emperadores flavios para inscribir a las múltiples ciudades hispanas que alcanzaron el rango municipal en el último tercio del siglo I a raíz del edicto de Latinidad de Vespasiano. Este detalle, unido a la probable procedencia autóctona del fallecido –la lápida no cita su origo (origen), algo ciertamente innecesario en el caso de que el fallecido/a fuera natural de la zona-- nos permite situar, para el caso de Tritium, el paso de ciudad estipendaria a municipio romano en época flavia.
La Naturalis Historia de Plinio
menciona Tritium como ciudad peregrina en el territorio de los autrigones. Una
más de las muchas ciudades hispanas cuyo ascenso jurídico, aunque contemporáneo
del sabio de Comum (actual Como) así como probablemente conocido por éste no
llegó a ser incluido en su magna obra.
Desordenadas, las piedras de
la antigua Tritium Autrigonum se acumulan desde hace siglos al borde de lo sembrados.
Tritium es citada dos veces en el
Itinerario de Antonino. Una en la ruta XXXII Item ab Asturica Terracone
(ruta entre Astúrica y Tarraco) y otra en la ruta XXXIV De Hispania in
Aequitania que enlazaba la hispana Astúrica con la gala Burdicala
(Burdeos). La primera ruta nos informa que Tritium era la novena mansio
desde Astúrica, estando precedida a poniente por Deobrígula (castro de
Tardajos, Burgos) y seguida a levante por Virovenna, en las proximidades de la
actual Briviesca (Burgos). Como la ruta XXXIV coincide con la XXXII hasta
Virovenna –llamada Virovesca en la XXXIV--, no hay diferencias en las
estaciones en relación a Tritium.
En la actualidad no se puede
observar ningún resto arquitectónico en el Alto de Rodilla. Siglos de trabajos
agrícolas han amontonado en las veredas y en los bordes de los campos arados
los mampuestos que conformaban los muros de la ciudad autrigona. Apenas puede
distinguirse en el desorden de piedras alguna que otra pieza labrada, muy
gastada en cualquier caso. La razón de tamaña desolación debe buscarse en la
cercanía del yacimiento al actual Monasterio de Rodilla, a buen seguro erigido
durante siglos con los materiales del Alto de Rodilla.
Elevación de la cumbre del
Alto de Rodilla, nada imponente pero sí capaz de dominar el contorno, donde se
situaba el núcleo de la ciudad.
Aunque el
emplazamiento de la ciudad reúne unas condiciones naturales aceptables en lo
que a requerimientos defensivo se refiere, resulta difícil de creer que Tritium
no estuviera amurallada en el pasado. Desde luego así lo aconsejarían factores
como la suave pendiente de las laderas del cerro o su moderada altura, a todas
luces necesitados de un refuerzo a base de defensas artificales. Más aún, el Alto de Rodilla posee una
topografía relativamente apropiada para levantar murallas, sobre todo en su
parte central donde la llana superficie de la cumbre se eleva formando una
meseta de regulares dimensiones, adecuada para hacer las veces de zona nuclear
de un asentamiento al dominarse desde ella toda la superficie del cerro.
Como quiera que hoy en día no se
aprecian señales de amurallamientos antiguos ni de cualquier otro resto
arquitectónico --los amontonamientos de piedras que se ven en las cunetas no
tienen en ninguna parte el suficiente volumen para poder aspirar a la categoría
de extintas fortificaciones[2]--, es
necesario recurrir al crecimiento diferencial de la vegetación visible en las
fotografías aéreas para explorar el urbanismo de la antigua Tritium y
confirmar, en su caso, la identificación de la meseta central con la zona
nuclear del asentamiento. Dicho y hecho, enseguida advertimos que la meseta
central del Alto de Rodilla aparece ocupada por un buen número de calles
dispuestas ortogonalmente así como delimitadas por múltiples edificios de
planta rectangular completamente soterrados en la actualidad. Se trata, pues,
de un modelo de urbanismo típicamente romano con entidad de ciudad.
Derrumbe de mayor espesor
localizado en el flanco suroriental de la meseta central. En él pueden distinguirse
algunos mampuestos con señales de labra, en ningún caso calificables de
sillares o sillarejos.
Como era de esperar a la vista de la topografía del Alto de
Rodilla, la densidad de ocupación urbanística de la meseta central es bastante
mayor que la del resto de la cumbre, lo que confirma su condición de zona
nuclear de la ciudad. De hecho es en los bordes de la meseta central y también
en los espacios entre sembrados donde se acumulan las mayores concentraciones
de mampuestos de todo el yacimiento. Lo más probable es que este espacio
estuviera amurallado –su topografía se presta especialmente a ello-- ya que no en
vano albergaba en su interior el corazón de la ciudad, con el foro, el templo y
los demás edificios públicos que tuviera; pudiéndose ubicar aparentemente el
primero de ellos en el extremo septentrional de la meseta según los trazos visibles
en la fotografía aérea. El resto de la ciudad, por su parte, debía mostrar una
densidad de edificación mucho más baja –Tritium nunca fue una ciudad grande--,
siendo incluso probable que estuviera sin amurallar dada la gran longitud del
perímetro de la cumbre que hubiera necesitado de una muralla mucho más extensa
de la que los habitantes y/o guarnición de Tritium, sin duda nunca numerosos,
hubieran podido defender con una mínima garantía de éxito.
Acumulación de mampuestos en
la cumbre de la meseta central del Alto de Rodilla.
[1] Aparece
citado por Juan Agustín Cea Bermúdez en su obra “Sumario de las Antigüedades
Romanas que hay en España”, publicada en Madrid en 1832. Aquí se propone ya la
identificación del yacimiento con la antigua ciudad autrigona.
[2] Si bien hay que aclarar que ello no implica que no existieran en el pasado –volvemos de nuevo al fenómeno del canibalismo histórico de los materiales de construcción--.
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