Los orígenes
de Consabura (actual Consuegra, en Toledo) se remontan al siglo VI a. C., momento en que la arqueología
detecta la presencia de un oppidum –poblado fortificado—en la cumbre del Cerro
Calderico, hoy ocupado por el célebre castillo de la localidad y sus no menos
afamados molinos de viento.
Perteneciente a la etnia
prerromana de los carpetanos, el asentamiento fue conquistado por las tropas
romanas en algún momento situado entre el 192 a.C. –fecha de la conquista
romana de Toledo por el pretor de la Ulterior M. Fulvio Nobilior—y el 182 a.C.
–fecha de la conquista del oppidum de Contrebia Cárbica por el pretor de la
Citerior Fulvio Flaco--, con preferencia hacia la primera de estas fechas dada
la proximidad geográfica entre Toledo y Consuegra así como la ausencia de
accidentes geográficos relevantes entre ambas.
Presa romana de
Consuegra/Consabura. Lado de aguas arriba (embalse).
Parece ser que la Consabura
carpetana no se entregó de grado a los nuevos señores de la región, toda vez
que Plinio el Viejo la cita como Ciudad Estipendiaria, esto es sujeta al pago
de un tributo –el stipendium—al pretor romano de la Citerior. Sea como
sea, la ausencia de referencias en los textos latinos contemporáneos induce a
pensar que bien la plaza se entregó sin excesiva resistencia, bien era
demasiado pequeña como para representar un desafío importante a las águilas
romanas, digno por tanto de reflejarse en las crónicas.
El carácter de la región carpetana de nexo de unión entre la submeseta norte y por ende las comarcas septentrionales de la península, con los sectores meridional y levantino de ésta, propició la construcción de una completa red de calzadas surcando sus amplias llanuras, en buena lógica concebida por el poder romano tan pronto la Carpetania se consideró razonablemente sujeta y pacificada al término de las guerras celtibéricas. Para el caso de Consabura, son dos las referencias antiguas relativas al paso de vías por sus proximidades, de tal manera que podemos asignarle el carácter de mansio viaria. Probablemente sea éste el motivo, unido al siempre interés estratégico de situar las poblaciones recién sometidas en localizaciones difíciles de defender, de que el asentamiento del cerro Calderico descendiera al llano, justo el lugar donde se asienta la actual Consuegra, en fecha temprana.
Presa romana de Consabura.
Contrafuertes en el lado de aguas abajo (trasdós).
La referencia más antigua de las
dos a las que aludimos es el Itinerario de Antonio, cuya ruta A Liminio
Toletum sitúa Consabura entre las mansiones de Murum (cerca de Villarta de
San Juan, Ciudad Real) y Toletum. Por su parte, el Ravenate sitúa Consabura,
con el nombre de Consabrom, en una ruta entre Complutum y Castulo,
concretamente entre las etapas de Moroin (Muro) y Lebinosa (Lisibosa). Resulta
destacable que esta ruta no sería ni mucho menos de nueva fundación, siendo más
bien una sucesión de tramos pertenecientes a tres de las rutas antonianas. Esto
se aprecia claramente en el tramo Consabura-Murum, perteneciente a la calzada A
Liminio Toletum que citáramos anteriormente.
El hecho de que una ruta capaz de
conectar las dos submesetas con la Bética --la Castulo-Complutum—tuviera como
parada Consabura a diferencia de la época antoniana, donde Consabura sólo era mansio
de una ruta menor, nos pone tras la pista de la relativa importancia
alcanzada por la ciudad a partir del siglo II d.C. Esto no es de extrañar dado
el ascenso de la antaño ciudad estipendiaria a la categoría de Municipio
romano, suceso datado en el año 73 d.C. a resultas de la concesión a todas las
ciudades de Hispania del Derecho de Latinidad (Ius Latii) rubricada por el
emperador Vespasiano. Es en este momento cuando Consabura aparece citada por
primera vez en las crónicas latinas, destacándose como una de las tres cabezas
de la Carpetania (Toletum y Complutum serían las otras dos), lo que explica
perfectamente el “desvío” por la ciudad de una de las vías principales entre el
norte y el sur de la península, antaño situada algo más hacía el este.
Presa de Consabura.
Contrafuerte de mampostería tosca ligada con mortero de cal. Se encuentra
bastante desgastado.
El acceso de Consabura al rango
municipal se tradujo en la construcción de una nutrida serie de edificios y
obras públicas destinados a equipar la ciudad de acuerdo con su nuevo estatus.
Entre los primeros podemos destacar los restos localizados en la llamada “Casa
de la Tercia” y sobre todo las ruinas, hoy enterradas, de un magnífico circo
con capacidad para 10.000 espectadores nada menos. En cuanto a las obras
públicas, resulta destacable el nivel alcanzado por los ingenieros romanos a la
hora de resolver el problema del suministro de agua tanto a la ciudad en sí
como a las villae agrícolas del entorno. Es así como conservamos los restos de
un acueducto a 23 kms al oeste de Consuegra, el llamado acueducto de las
Guadalerzas, así como una presa a 4 kilómetros de la ciudad, que recogía el
agua del río Amarguillo, afluente del Cigüela.
Esta última estructura es, con
diferencia, el monumento romano más importante de Consuegra. Construida en
aparejo de mampostería simple unido con mortero de cal --Opus Incertum--,
cuenta con un muro pantalla de nada menos que 800 metros de largo, cifra ésta
que permita calificarla como la más larga de las presas romanas conservadas en
el territorio del antiguo imperio. No obstante, este muro es más bien estrecho
–aproximadamente 1,5 metros--, careciendo también de la sucesión de capas
efectuadas en distinto aparejo propia de las presas mayores, lo que nos informa de la concepción limitada del
monumento a pesar de su enorme longitud.
Presa de Consabura.
Coronamiento (actual) en el que se aprecia la homogeneidad de aparejo en toda
la sección del muro.
La estabilidad de este muro
pantalla, aunque problema siempre capital en una obra de este tipo, no debió constituir
un asunto crítico en esta ocasión debido a su baja esbeltez[1],
lógica por otra parte en una presa tan larga, donde es evidente que se buscó
incrementar la capacidad cúbica del embalse a costa de incrementar su
superficie. En realidad, dado el emplazamiento escogido para la presa, en
terreno llano y abierto con lo que esto supone de dificultad para retener el
agua, así como valiéndose de un río de caudal pequeño pero sujeto a fuertes
incrementos estacionales, era ésta la única manera de conseguir un vaso con
capacidad suficiente para aprovisionar todos los puntos necesitados de agua.
Desde luego, lo que no se podía hacer era incrementar el cubicaje a fuerza de
elevar un muro pantalla demasiado fácil de colapsar a la primera avenida seria.
Datada en las primeras décadas
del siglo II d.C., la presa de Consabura fue diseñada como una presa de
gravedad al igual que la gran mayoría de las presas romanas. En la actualidad
ha desaparecido buena parte del espaldón de tierra que, contrarrestando el empuje
del agua embalsada, aseguraba la estabilidad del muro pantalla. Lo que sí que
se conserva en buen estado es una serie de 15 contrafuertes localizados cerca
del estribo izquierdo de la presa así como emplazados en el trasdós del muro
(en ambos casos mirando desde el embalse), lo que evidencia su función de
refuerzo del muro pantalla frente al empuje del agua (no de elemento
contrarrestador del empuje del espaldón a embalse vacío como ocurre en otras
presas) en una zona potencialmente crítica como es el cauce natural del río
Amarguillo. De hecho, estos contrafuertes se encuentran en las proximidades del
punto en el que la presa se quebrara en el pasado, al pie del cual discurre hoy
plácidamente la corriente del Amarguillo, por lo que se debe reconocer la
idoneidad de su emplazamiento.
Sección longitudinal del muro
pantalla muy fácil de observar en el punto en que éste se rompiera. Se observa
el aparejo de Opus Incertum, con los mampuestos de los paramentos algo mejor
desbastados que los del núcleo, totalmente informes.
El motor económico del municipio
consaburense debió ser la agricultura, nada mala dada la feracidad de los
campos de la zona, máxime tras haberse preocupado de compensar la baja
pluviosidad de la meseta castellana con la construcción del sistema hidráulico
anterior. No obstante, algunos autores apuntan a la existencia de una actividad
minera de cierta importancia radicada en las estribaciones septentrionales de
los Montes de Toledo y que debía ser dirigida desde Consabura. Esto explicaría
detalles anómalos como el gran tamaño del circo: excesivo para un núcleo como
Consabura, desde luego nunca muy poblado así como cabeza de una comarca en la
misma situación a juzgar por la relativa brevedad de su registro arqueológico,
pero no extraño en una ciudad minera, frecuentemente tan rica como ostentosa.
Sea como sea, a día de hoy no se ha podido demostrar arqueológicamente esta
aseveración, de modo que lo más correcto es situar a la agricultura como motor
principal de la economía consaburense.
Aunque carecemos de datos
arqueológicos que lo avalen, es muy probable que la crisis del siglo III
afectara bastante al municipio consaburense. Así parece indicarlo la escasez de
hallazgos arqueológicos correspondientes al bajo imperio romano. Con todo, no
parece que la ciudad llegara a deshabitarse nunca, si bien es evidente que
perdió gran parte de su influencia en beneficio de Toledo, capital del reino
visigodo de Hispania desde el año 567. Por otra parte, no resulta ilógico afirmar
que esa cercanía a la capital visigoda, si bien debió causarle el perjuicio
antes indicado, también pudo ser la causa de que el lugar no se abandonara como
tantos otros en nuestra península. Y es que no en vano Consabura constituía una
atalaya perfecta para Toledo, emplazada como estaba en medio del camino que,
desde el sureste, conducía hasta la ciudad del Tajo. Desde luego, éste fue el
papel que representó tras la invasión musulmana, momento en que quedaban ya muy
atrás los mejores años del otrora esplendoroso municipio consaburense...
[1] Aunque
es probable que la presa haya sufrido un cierto recorte en su altura en los
últimos veinte siglos, lo cierto es que tanto su escasa sección horizontal como
el perfil recto, no ataludado, de la vertical permiten asegurar que nunca fue
mucho más alta de lo que ahora es.
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